[C]inco son las preguntas que todo aspirante a bloguero debe formularse antes de aventurarse a tener su propio medio digital, ya que este requiere de dedicación y esmero. Los lectores son potencialmente fieles si se consigue captar y mantener su atención, por lo que es fundamental seguir a rajatabla una serie de recomendaciones, algunas de ellas relacionadas con la periodicidad de las actualizaciones, temática, lenguaje, estadísticas… He resumido las indispensables, las que te ayudarán a llevar a buen término tu aventura en la blogosfera. Pero, como todo en la vida, la constancia es la clave del éxito.
1.) ¿Por qué quiero un blog? No pierdas el tiempo si tu objetivo no es otro que compartir. Te acabarás cansando y tu reputación online puede tambalearse, ya que una bitácora también funciona como escaparate laboral y el abandono o cierre no dice nada bueno de ti. Si, por el contrario, deseas expresar tu opinión, difundir conocimientos o usarlo como diario «íntimo», bienvenido seas.
2.) ¿Por dónde empiezo? Piensa un nombre que te identifique ya que este será tu marca personal. Si tienes un mote singular que no te reste credibilidad como profesional, utilízalo.
3.) ¿De qué debería escribir? Piensa en qué eres un especialista o en lo que te gustaría serlo. No es necesario que poseas un máster, sí que trabajes aquellos temas con los que te sientas cómodo y, sobre todo, espontáneo.
4.) ¿Cómo y dónde puedo crearlo? Para simplificar, dos son las principales plataformas para bloguear: Blogger (Google) y WordPress.com. Blogger es idónea para una primera toma de contacto: la instalación es sencilla y hay miles, si no millones, de plantillas. Respecto a WordPress, las opciones son avanzadas pero no inaccesibles. Más adelante, querrás tu propio dominio (.com, .es, .net., etc.) y acabarás «mudándote» a un hosting de pago para personalizar el código e instalar plugins.
5.) ¿Cómo rompo el hielo? Escribe un post presentación comentando de qué va el blog y qué recursos utilizarás (textos, imágenes, vídeos, ilustraciones…). También es importante que expliques quién eres, a qué te dedicas y por qué has decidido abrir tu propio espacio. Promociónalo en las redes sociales y círculos más cercanos. No te cortes si quieres recibir retroalimentación. En cuanto a la extensión de los textos, toma nota: una entrada medianamente decente debería tener mínimo 200 palabras, siendo el ideal 400. En Internet se aplaude lo breve pero de calidad.
+ Extra:
De igual modo, no debes descuidar los siguientes puntos si deseas alcanzar visibilidad:
Actualizaciones: escribe con cierta periodicidad para que los buscadores te indexen rápidamente y así conseguir más visitas —también para fidelizar—. Asimismo, depende de la temática y objetivos que te hayas propuesto: si es empresarial o corporativo, una media de 2-3 entradas a la semana es lo más pertinente; los personales, mínimo 1. ¿El máximo? En estos medios no existe, sí al compartir. No satures a la audiencia.
Lenguaje: no es necesario ser rígidos en la expresión. Con tan solo respetar las normas de ortografía y una exposición clara y coherente, basta. No obstante, sí hay que incidir en un aspecto: una cosa es una errata y otra un error ortográfico. Haz una lectura atenta antes de publicar y utiliza varias veces el corrector, ya que un solo repaso no suele ser suficiente.
Comentarios: tener muchos no es sinónimo de popularidad; es más, si publicas el enlace en tu página en Facebook es muy probable que los recibas en la propia plataforma. Por tanto, estos tendrán el valor que tú les quieras dar. Además, recuerda que siempre debes contestarlos.
¿Y las críticas? Varios son los motivos por los que alguien se toma la molestia de criticar tu trabajo, entre ellos, el propio hecho de ser un troll; es decir, un personaje ocioso que no tiene nada mejor que hacer que incordiar. Aun así, si quieres potenciar tu propia comunidad, prueba a introducir complementos que posibiliten a los lectores comentar con sus perfiles en las redes sociales —y si aceptan enviar el mensaje a sus cuentas, el efecto viral está garantizado.
Estadísticas: te darán muchas respuestas. Te indicarán, incluso, qué tipo de usuarios leen tu blog y qué quieren de ti. Una herramienta práctica y de sencillo uso es Google Analytics. Con ella podrás saber cuáles son los artículos más visitados, a través de qué palabras claves acceden, cuánto tiempo dedican a leerte, etc. De esta forma, podrás seleccionar qué contenidos vas a continuar desarrollando.