Ciberresilentes

Una conocida cadena multinacional de pizzerías ha incluido en su plan de ventas el Internet de las cosas, es decir, la tecnología que provee de conectividad a los objetos de uso común convirtiéndolos en inteligentes (wereables): los clientes que pulsen el típico imán de nevera se comunicarán de forma instantánea con su establecimiento más cercano para hacer un pedido. Esta innovadora forma de hacer marketing que, de momento, solo unos pocos experimentarán —los ganadores de un concurso en las redes sociales serán sus probadores— me llevó a analizar la situación actual en España de la ciberresilencia, la “capacidad de un sistema para soportar todo tipo de presiones sin cambiar su comportamiento”, tal y como la define el Instituto Nacional de Tecnologías de la Información. Porque si nos planteamos en mantener una interconexión constante: ¿no es prioritario, por tanto, reforzar la protección de las infraestructuras de información para saber anticiparse, resistir, recuperarse e incluso evolucionar?

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